Guía sobre el suelo pélvico en el embarazo
¿Qué es el suelo pélvico?
El suelo pélvico se refiere al conjunto de músculos y ligamentos que sostienen y aseguran el adecuado funcionamiento de los órganos abdominales inferiores, como el útero, la vagina, la vejiga, la próstata, la uretra y el recto.
Diversos factores, como la edad, la práctica de deportes, cirugías, problemas de estreñimiento, así como el embarazo y el parto, pueden afectar el estado del suelo pélvico y dar lugar a disfunciones como dolor, incontinencia urinaria, prolapsos y reducción en la calidad de vida. Estas situaciones suelen impactar negativamente en la vida diaria de una persona y requieren atención médica adecuada para su manejo y tratamiento. Este conjunto de estructuras forma una especie de "hamaca" que sostiene estos órganos en su lugar y ayuda a controlar las funciones urinaria, intestinal y sexual.
Uno de los aspectos más influenciados por las modificaciones corporales en el periodo de gestación es el suelo pélvico. Estos tejidos musculares cumplen la función de proporcionar respaldo a órganos vitales como la vejiga y el intestino, jugando un papel esencial en su óptimo funcionamiento.
Anamnesis y evaluación del suelo pélvico
La anamnesis en el contexto del suelo pélvico permite detectar factores desencadenantes o hábitos predisponentes para las disfunciones de esta área crucial del cuerpo. Esta evaluación comprende habitualmente lo siguiente:
- Datos Generales: Información básica sobre la paciente.
- Datos obstétricos: Detalles sobre los partos anteriores, el peso ganado durante los embarazos, el tipo de parto, la edad y el peso del recién nacido, ya que estos factores pueden afectar el estado del suelo pélvico.
- Datos relativos a disfunciones: Exploración de disfunciones miccionales, anorrectales y sexuales que la paciente pueda estar experimentando.
- Incontinencia Urinaria
Cuestionarios y estudios
- Cuestionario ICQ-IU SF (International Consultation on Incontinence Questionnaire): Validado al español, proporciona información detallada sobre el tipo y gravedad de la incontinencia urinaria.
- Diario Miccional: Un registro detallado de la actividad miccional durante varios días para evaluar patrones y problemas relacionados con la micción.
- Test de la Compresa (Pad Test): Utilizado para detectar y cuantificar las pérdidas de orina, generalmente durante un período de 24-48 horas.
- Test del Hisopo (Q Tip Test): Una prueba para estudiar la presencia de hipermovilidad uretral.
- Estudios Urodinámicos: Métodos invasivos que se utilizan en situaciones especiales y comprenden diversas exploraciones, como flujometría, cistometría y estudio de presión-flujo.
Exploración física
La exploración física del suelo pélvico es crucial para comprender no solo la actividad muscular, sino también los desequilibrios, desalineaciones articulares y miofasciales, así como las estructuras que limitan el compartimento abdominal. Esto incluye:
- Exploración Articular Lumbopélvica: Para evaluar la movilidad y alineación de las articulaciones lumbares y pélvicas.
- Exploración del Diafragma y Musculatura Abdominal: Evaluación de la función y tono del diafragma y los músculos abdominales, que están interconectados con el suelo pélvico.
- Exploración del Suelo Pélvico: Evaluación detallada de la musculatura del suelo pélvico, incluyendo fuerza, tono y coordinación muscular, así como la presencia de puntos gatillo o áreas de sensibilidad.
Esta evaluación integral proporciona información esencial para el diseño de un plan de tratamiento personalizado, permitiendo a los profesionales de la fisioterapia enfocarse en las áreas específicas que requieren atención y rehabilitación.
¿Qué ocurre en el suelo pélvico durante el embarazo?
Durante el embarazo, el suelo pélvico experimenta una serie de cambios significativos debido a la expansión del útero y al aumento del peso corporal. Estos cambios pueden afectar la fuerza y la función de los músculos pélvicos, lo que puede dar lugar a problemas como la incontinencia urinaria y otros trastornos relacionados con la función del suelo pélvico.
Durante el embarazo, el útero en crecimiento ejerce presión sobre los músculos y estructuras del suelo pélvico. Esta presión constante, combinada con el aumento de peso y los cambios hormonales, puede debilitar los músculos pélvicos y causar disfunción del suelo pélvico.
El parto también puede contribuir a la disminución de la fuerza muscular del suelo pélvico, especialmente si el parto es largo o difícil. Durante el parto vaginal, los músculos pélvicos se estiran considerablemente para permitir el paso del bebé a través del canal del parto. Este estiramiento puede provocar daño en los músculos pélvicos y aumentar el riesgo de disfunción del suelo pélvico en el período postparto.
Es bastante común que las mujeres experimenten problemas de incontinencia urinaria después del parto. De hecho, se estima que más del 60% de las mujeres experimentan algún grado de incontinencia urinaria durante la etapa postparto. Esto puede ocurrir debido a la debilidad de los músculos pélvicos y la falta de control sobre la vejiga.
¿Cómo puedo trabajar el suelo pélvico durante el embarazo?
Existen distintas rutinas físicas que puedes realizar para fortalecer este conjunto de músculos. Los ejercicios de Kegel son un conjunto de ejercicios muy conocidos. Lo ideal es empezar a trabajar el suelo pélvico a partir del 2º trimestre.
Una de las más elementales consiste en contraer los músculos del suelo pélvico durante un intervalo de 10 segundos, luego descansar y repetir el ejercicio 10 veces. Asegúrate de contraer los músculos correctos, evitando involucrar los tejidos musculares de las extremidades inferiores o el área abdominal. Puedes identificar los músculos pélvicos mientras orinas, ya que puedes interrumpir su flujo utilizando esos músculos. Al lograr distinguirlos, te será más sencillo realizar el fortalecimiento. Recuerda ejecutar estas actividades físicas mínimo tres veces al día y mantener la respiración durante la contracción muscular.
Otro método de aumentar la resistencia de estos músculos es incrementar paulatinamente de peso con conos vaginales, lo cual también contribuye a evitar inconvenientes a futuro. Es imprescindible practicar ejercicio de manera moderada a lo largo de la gestación y mantener una nutrición equilibrada.
Lo ideal es realizar estos ejercicios con un fisioterapeuta espcializado en suelo pélvico, ginecólogo o matrona. Son profesionales especialistas en embarazo y maternidad, y podrán ayudarte de forma profesional a manejar cualquier tipo de trastorno relacionado con el suelo pélvico.
Recuerda que cada periodo de gestación es distintivo, asegúrate de solicitar la opinión de tu médico antes de iniciar cualquier rutina de ejercicios. ¡Cuídate y vela por tu bienestar en este maravilloso proceso vital!
¿Influye nuestro estado de ánimo en nuestro suelo pélvico?
Sin duda, la conexión entre el estado de ánimo y la salud del suelo pélvico es un área fascinante que ha sido respaldada por una creciente cantidad de evidencia científica. Diversas investigaciones han demostrado que el estrés crónico puede desencadenar respuestas físicas en el cuerpo, y el suelo pélvico no es una excepción.
Cuando estamos sometidos a situaciones de estrés, nuestro cuerpo tiende a activar el sistema nervioso simpático, que es responsable de la «respuesta de lucha o huida». Esta respuesta provoca la contracción de varios grupos musculares, incluidos aquellos en la región abdominal y del suelo pélvico. La activación sostenida de estos músculos puede generar una tensión constante en el área pélvica, lo cual puede tener repercusiones negativas.
La tensión crónica en el suelo pélvico puede interferir con su función normal, que incluye el soporte de los órganos pélvicos, la regulación del control urinario y fecal, así como la función sexual. Esta interferencia puede manifestarse en síntomas como dolor pélvico, urgencia miccional, dificultades para evacuar o incluso disfunciones sexuales.
Además, la relación entre el estrés y el suelo pélvico se ve agravada por la influencia de la postura y la respiración. En situaciones de estrés, tendemos a adoptar posturas más rígidas y a respirar de manera superficial, lo que contribuye aún más a la tensión en la zona abdominal y pélvica.
En términos prácticos, esto resalta la importancia de abordar tanto los aspectos emocionales como físicos en el tratamiento y la prevención de las disfunciones del suelo pélvico. La gestión del estrés a través de técnicas como la relajación, la respiración profunda y la actividad física regular puede desempeñar un papel crucial en el mantenimiento de la salud pélvica.
En resumen, la evidencia respalda la idea de que nuestro estado de ánimo impacta directamente en la salud del suelo pélvico, y abordar tanto los aspectos emocionales como físicos se presenta como un enfoque integral para preservar la función adecuada de esta área vital del cuerpo.